En general nos enseñan desde pequeños que un cepillado después de cada comida nos asegura dientes en buen estado lo cual tiene su gran parte de cierto.Yo agregaría a esto,que deberían prevenirnos desde la adolescencia que nuestros dientes así como nuestro pelo no son "adornos" que alguien ha puesto allí.Son parte viva de nuestra persona, y por lo tanto el dichoso stress tan de moda en las últimas décadas no solo afectan nuestro corazón, sino que harán que aflojemos los dientes haciendo presión mientras dormimos o se nos caiga el pelo.Muchas veces me he preguntado porque entre tantas asignaturas de la escuela secundaria que suelen incluir nuestras obligaciones cívicas no hay una que nos enseñe nuestras obligaciones o derechos para con nosotros mismos.-Estos serían el no destruirnos con maneras tan sutiles como no autocuidarnos o no dedicarnos el tiempo que nos merecemos.Tal vez así conservaríamos mas tiempo nuestro pelo sano y nuestros dientes idem.

De a poquito mi blog y yo iremos retomando la normalidad, al menos esa es la meta. A los que somos asiduos visitantes de un blog cada vez que abrimos ese sitio nos gusta “encontrar algo”, el silencio, el vacío no es lo que mas nos place Quienes me conocen saben que los últimos dos años fueron doblemente difíciles para mi, pero la vida sigue. Arreclau fue todo este tiempo un rinconcito donde volcar con metáforas ciertos sentimientos de tristeza y a la vez donde seguir enganchada con pensamientos positivos.
Insisto en el lema de mi Blog…ir cambiando y “adaptándonos” a las diversas circunstancias que la vida nos va “regalando” tal vez sea la llave de sentirnos menos desgraciados ante la desgracia y más felices en los buenos momentos

8 de Agosto de 2008

No le gustaban sus cumpleaños, tal vez por eso partió unos días antes de cumplir los 73.Sin embargo, a mi que si me gustan y mucho, porque es algo así como “celebrar la vida”, siempre se los festejé. Esta foto es del último, en que su salud ya estaba muy deteriorada, pero más “niño” que en otras oportunidades lo aceptó mansamente, casi seguro viendo la torta que eso si le gustaba y mucho.
Ante la pregunta de algún viejo conocido “Negro, cuántos años tenés?” Siempre constestó “Ta y cinco”, jamás confesó la edad….pero ahí estaba yo para arruinarle su secreto cuidadosamente guardado diciéndola…(como ahora)
Esta vez no habrá torta, pero tampoco habrá lágrimas..es más por mi parte intentaré que haya alguna sonrisa, recordando solo los buenos tiempos que es así como creo se debe recordar a los que uno ha amado tanto.-