
Está bueno (como dicen ahora), cuando una relación entre dos personas empieza o se termina sin una fecha marcada. Uno suele recordar las circunstancias, los porqués, pero no el día justo. En el caso de terminarse, porque no hay heridas o palabras de reproche, sino que se va diluyendo de a poco como una bella flor, de la cual recordamos su aroma, pero que ya no perfuma. Cuando nace, por el contrario, se va dando naturalmente, como se da todo lo bueno de la vida. Sin estallidos, sin fechas marcadas. Como solía florecer mi peonía cada mes de octubre…yo la esperaba, estaba alerta, para que no se la lleve ninguna lluvia imprevista…pero no tenía fecha fija. Será que cuando somos mas jóvenes necesitamos fechas para recordar de viejos, y también queremos o todo lo contrario, sin términos medios.Con los años, llega una tercera situación que es la de estar bien