Wednesday, October 07, 2009

Una pequeña emergencia odontólogica hizo que tenga que visitar un dentista porteño.Realmente después de años, no visitar a Israel fué difícil.Cuanto puede la confianza.Hoy entendí que podría llegar a sentir alguno de viejos clientes de la óptica al ponerse en manos de otro.Creo que hay una mezcla de desconfianza y de horfandad.El otro lo hacía mejor,ya sabía, en el caso del dentista que para pasar el torno no usabamos anestesia.Ni que hablar de los pequeños comentarios de un tema del día.Yo miraba a ese chico y pensaba"no piensa contarme nada?"Es que con un dentista uno no solo habla de dientes :-).La parte buena fué poner en práctica lo aprendido.Había tres escalones para entrar, y eso no era un gimnasio.

2 comments:

Ramiro said...

no era un gimnasio , pero es parte del ritmo de la vida que vas recuperando poco a poco !
te amo!

Mariana said...

Gracias por tener en un rinconcito de tu corazón, tanto amor y recuerdos que seguramente nunca se olvidarán.
Está impecable este Blog...luce precioso, fino e interesante.
¡Qué tengas un lindo día y que logres muchas cosas más ...esperaré ansiosa que me lo cuentes porque también a mí me hace bien!