Friday, June 18, 2010

Cuentos del desván-El jardín de Juan

A partir de hoy, publicaré algunos de mis cuentos que he decidido compartir con ustedes.La calma de La Serreta y esta demora en la conexión de internet definitiva,me mueven a volver a escribir.Como suele decirse, cualquier parecido con personajes de la vida real es pura coincidencia.Espero vuestras críticas, que creo me ayudarán a superarme,pueden ser públicas o por correo como hacen algunos lectores con los comentarios del blog.


Juan era un hombre de campo,de piel gruesa y oscura.Extendió su cuerpo cansado y sudoroso sobre el pasto recién cortado.Con los brazos extendidos hacia atrás y las palmas apoyadas sobre el suelo todavía fresco.Era el momento de la pausa y de reflexiones.Pero esa íntima comunión entre él y la naturaleza, que otrora solía compartir con los perros de la casa, se vió interrumpida por la llegada de una niña morena y de cabellos rizados.Era la única de raza negra del pueblo y Juan sentía que se emparentaba bastante con el color de su propia piel, solo que en su caso, era consecuencia de su trabajo como jardinero.Bajo el dintel de la puerta se dibujó la figura esbelta de la madre, una bella morena que hacía honor a su raza.Un niño pequeño amarrado a su cuello.-"Celeste donde estás?"- dijo la madre-.La niña gustaba de los cuentos del jardinero y se disponía a escuchar uno.Esta vez habría de querer saber la niña, porqué sus verdaderos dueños ya no estaban allí y ellos eran los inquilinos.Le contó que una mujer cincuentona habitaba la casa junto a su marido enfermo y mayor.Ella, solía sentarlo en las tardes de verano frente a la huerta que Juan hacía.El, miraba algo que no se sabía muy bien que era, esa mirada que tienen los que han perdido la razón debido a una enfermedad.Ella solía usar un sombrero que le daba un aire parecido al de aquellas inglesas que vivían en Africa.Se ocupaba en los ratos de ocio forzado, de su huerta,de su jardín y de jugar con los perros, que lo hacían más con Juan que con ella.Una bebida fresca cortaba el descanso del jardinero,que prolongaba tanto como podía el pequeño momento de esparcimiento.Nunca se supo si porque estaba tomando coraje para continuar la faena o porque le daba lástima esa mujer tan sola.Ella, a la vez aunque lo superaba ampliamente en conocimientos,apreciaba ese momento que compartía con él,sabía de las cosas simples, de cómo había que plantar un calabacín para que reciba la media sombra del maís.Un día ella se asustó, pensó que podía ser una laucha a las cuales temía.Entonces Juan, le explicó que había dos jardines, el que ella veía de día y uno que transcurría por las noches y tenía vida propia.Era un amor fraterno el que los unía, pero amor al fin.El de dos clases sociales que en general no se animan a mezclar sus historias.Un día,fué a hacer su faena como de costumbre,hacía seis meses que había muerto el marido,abrió el portón de rejas del cual tenía llaves y se encontró con que extrañamente la casa estaba sola.Los vecinos le contaron entonces, que ese día se habían llevado a la mujer muy grave al único hospital del pueblo.Creyó que lo mejor que podía hacer por ella era cuidar de su jardín y de sus perros y así lo hizo.A tal punto que se llevó a ambos a su casa,y cuando los hijos decidieron alquilarla, se ofeció a los inquilinos para cuidar de él.Así Juan, seguiría contando historias a la niña, pero nunca supo muy bien porqué ese día le contó una tan real.

4 comments:

Man said...

Un ¿cuento? precioso.
Me alegro de verte por aquí Clau ¿Todo bien?.
Un abrazo

El Blog de Clau said...

Si man, todo bien, salvo un pequeño incidente que tuve con un tobillo que me obliga a hacer reposo por unos días, entre eso y mi conexióm internet temporal, he decidido comenzar a torturarlos con mis cuentos:-).-No creo que se convirtiesen en un "best", así que vendrán a parar de a poco al blog.
Besos
Clau

Mariana said...

Claudia: ...me encantó esta historia, que de tan bien relatada, le da "un sabor real"...vas leyendo e imaginando de manera sorprendente. Es un relato muy tierno...me has emocionado...
Que te mejores pronto Clau'.
Besotes

kiku said...

Felicidades,un relato digno de ser
publicado en alguna editorial,
animo y a seguir.
Siento lo del tobillo con unos días de reposo te se pasara.
Un abrazo