



El otro día entré en una farmacia,y pedí un frasco de respeto.
Me dijeron que no sólo no se vendía,sino que estaba prácticamente agotado el stock.
En efecto,no es algo que se consiga de buenas a primeras,sino que se logra a través de la educación familiar,escolar,y de una sociedad toda.
Esa señora joven que fué a una conferencia sobre la ejecución de cortometrajes la semana pasada,muy orgullosa de su bebé de meses,no estaba teniendo respeto ni por los asistentes que queríamos escuchar,y nos perdimos unos cuantos párrafos,ni por su bebé que no tenía nada que hacer allí, y que hubiese estado mejor en un parque.
Tampoco tiene respeto,la gente sin discapacidad alguna,que ocupa los lugares reservados en el transporte público.
También podríamos recordar al que no frena en los pasos de cebra,poniendo en este caso ya en riego la vida ajena.
Porqué no mencionar,el respeto por la opinión ajena.Que seguramente será distinta,pero salvo que sea sobre una igualdad matemática,casi siempre será discutible.
Podemos así diferenciar dos tipos de respeto creo yo,uno el de las acciones,y otro el de las opiniones,tan necesarios el uno como el otro.
Se me ocurren mil ejemplos,creo que en cuanto a las acciones,tiene mucho que ver con transgredir,"como está prohibido lo hago,o total nadie me ve",en cuanto a las ideas de los demás,pienso que las razones son muchas más,pero en cuanto trato de imponer mi actitud,ya no estoy respetando al otro en su postura.
Yo pertenezco a una generación,en que se decía,"no fumo delante de mis padres por respeto"y eso no era respeto,sino temor a la reacción.
Asumo,que si volvemos sobre los ejemplos anteriores,muchos tal vez se comporten adecuadamente por temor,ya sea a la multa o a la "condena social",y entonces nos costaría mucho diferenciar entre el "temor a" y respeto.
Me parece interesante,comenzar con este tema, una serie de visiones personales,sobre actitudes y sentimientos de la vida,seguramente todos en algún momento lo hemos hecho,aunque sea a media voz.